lunes, 13 de noviembre de 2017

Radioterapia

RADIOTERAPIA
La Radio-Oncología es una disciplina de la Medicina clínica, científica para el manejo de los pacientes con cáncer y otras enfermedades (benignas) con radiación ionizante.
Los avances científicos y tecnológicos de las últimas décadas han permitido que el tratamiento radioterápico se realice con gran precisión, preservando y minimizando los efectos secundarios en los tejidos sanos.
 Asimismo, el progresivo desarrollo de los distintos fármacos empleados, tanto para el tratamiento del cáncer como para disminuir los efectos secundarios de la radiación, permite el uso de terapias combinadas de quimioterapia y radioterapia más intensivas y eficaces.     
  
PROCEDIMIENTO OPERACIONAL
En todas estas etapas en las cuales el paciente intervendrá, se detallan los procedimientos para evitar cualquier incidente, otros aspectos serán tratados en el plan de emergencia.

  • Evaluación clínica: incluye la valoración que realiza el medico radioterapeuta del estado del paciente, tipo y extensión de la enfermedad y posibilidad terapéutica aplicables, la valoración clínica mediante: información de los exámenes realizados, exploración física y la valoración pronostica: en función de los datos obtenidos en la etapa anterior. Se expresara mediante la probabilidad de efectos secundarios tardíos a 5 años.
  • Decisión terapéutica: etapa clínica en la que el médico especialista en RT elige entre las modalidades de tratamiento posible.
  • Localización: etapa en la que el medico radioncologo delimita los volúmenes blanco y los órganos críticos con sus márgenes correspondientes para la planificación del tratamiento con diferentes consideraciones.
  •  Plan de irradiación: propuesta terapéutica en base a la enfermedad, el estado del paciente, medios disponibles y experiencia
  •   Simulación y/o verificación del tratamiento: reproducción fidedigna y documentada de las condiciones del tratamiento prescrito que se lleva a cabo antes de iniciar cada. 
  •    Aplicación del tratamiento: proceso mediante el cual se lleva a cabo la irradiación terapéutica, reproduciendo en la unidad de tratamiento los parámetros de irradiación y posición del paciente contenido en el informe dosimétrico y ficha de tratamiento
  •    Control de tratamiento: proceso en el que se controla la aplicación del tratamiento, sus características, así como la respuesta de la enfermedad y evolución del enfermo
  •       Evaluación final: etapa la que se revisan las características de tratamiento administrado y sus efectos sobre la enfermedad, los tejidos sanos y el estado del paciente
  •     Seguimiento del paciente después del tratamiento: etapa en la que se valora la evolución de la enfermedad, y los posibles efectos tóxicos agudos, y la eventual aparición de efectos tóxicos tardíos.


TRATAMIENTO
Antes de empezar con el tratamiento propiamente dicho, es preciso realizar la simulación del mismo, con el objetivo de determinar una serie de parámetros que variarán dependiendo del tipo, de la localización y de la extensión del tumor, así como de las características de cada enfermo.
 En primer lugar, es necesario determinar qué posición es la más adecuada para llevar a cabo el tratamiento. Una vez definida, se realiza una inmovilización del paciente (mediante distintos accesorios) que permitirá reproducir esta misma posición todos los días que dure el tratamiento.

A continuación, con el paciente inmovilizado, se realiza una TC de planificación, que le servirá al médico radiólogo para determinar y localizar el volumen a tratar y las estructuras sanas que se quieren proteger de la radiación.
En este proceso se realizan unas marcas de referencia en la piel, con el fin de poder reproducir las mismas condiciones durante todo el tratamiento.
Una vez que se ha localizado la zona de tratamiento se procede a la planificación, que consiste en determinar la dosis y la forma de administrar la radiación. La elección del mejor plan de tratamiento para cada paciente, es evaluado de forma conjunta por el medico radiólogo y los físicos médicos que son los encargados de determinar la distribución de la dosis prescrita previamente por el médico.
En la siguiente fase, denominada puesta en tratamiento, se verifican las dos etapas previas (simulación y planificación).
 La puesta en tratamiento se lleva a cabo en la misma sala en la que se realizará el tratamiento propiamente dicho. Para verificar los diferentes datos es preciso realizar, a través de algún sistema radiográfico, una placa que sirve para comprobar la correcta administración del tratamiento. Este proceso de comprobación se realiza varias veces durante el tratamiento con radiaciones.

El tratamiento de radioterapia suele durar entre dos y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones. Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos, aunque puede ser variable dependiendo de la técnica.




EFECTOS SECUNDARIOS DE LA RT

La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y como consecuencia pueden aparecer efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la radioterapia dependen de varios factores:
• Al ser un tratamiento local, los efectos secundarios varían en función de la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis total recibida y la dosis en cada sesión.
• La susceptibilidad individual de cada paciente.

  
EFECTOS SEGÚN ÁREA DE TRATAMIENTO 

Cabeza y Cuello

-          CAIDA DE CABELLO

La radioterapia destruye el folículo piloso, por lo que aproximadamente, a las dos o tres semanas de iniciar el tratamiento se aprecia, exclusivamente en la zona irradiada, una caída de pelo.
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        EFECTOS EN LA BOCA

• Mucositis: se observa un enrojecimiento de la mucosa de la boca que ocasiona ligeras molestias.
• Infección por hongos: debido a la alteración de la mucosa por la radiación, se produzca una infección por hongos de la misma.
• Alteración de las glándulas salivares: La radiación destruye las células que forman dichas glándulas por lo que disminuye la calidad y cantidad de saliva segregada; pudiendo causar xerostomía.
• Pérdida del gusto: es frecuente que se produzca pérdida del gusto o aparición de sabor metálico en la boca por efecto de la radiación sobre las papilas gustativas.
• Alteraciones dentales: Tras el tratamiento con radioterapia en la zona de la boca y debido tanto a la acción de la radioterapia sobre el hueso como a la falta de saliva, aumenta el riesgo de aparición de caries en las piezas dentales.

Tórax

  • -          Dificultad para tragar (disfagia)

La radioterapia provoca alteraciones de la mucosa del esófago muy similares a las que aparecen en la boca, dando lugar a una esofagitis. Esta inflamación de la mucosa aparece a las dos o tres semanas de iniciar el tratamiento, provocando dolor y dificultad para tragar determinados alimentos, fundamentalmente sólidos.

  • -           Dificultad respiratoria

Durante la radioterapia sobre el tórax puede incrementarse o aparecer tos seca y una ligera disnea.

Abdomen y pelvis

  • -          Diarrea

Es el efecto secundario más frecuente entre las personas que reciben radioterapia sobre el abdomen y la pelvis: la intensidad de los efectos secundarios es muy variable de un paciente a otro (depende de la extensión de intestino incluido en el área de tratamiento y de la susceptibilidad individual). Suele aparecer durante la segunda semana de tratamiento.

  • -          Náuseas y vómitos

Estos síntomas pueden aparecer cuando la radioterapia se administra en la zona del estómago, siendo infrecuentes cuando el tratamiento es en otras localizaciones. Las náuseas y los vómitos mejoran con tratamiento médico antiemético (medicación que reduce la sensación nauseosa y los vómitos) y suelen desaparecer al finalizar el tratamiento.

  • -          Molestias para orinar

Cuando el tratamiento radioterápico va dirigido a la pelvis, se puede producir una inflamación de la vejiga urinaria que da lugar a una sintomatología muy parecida a una infección de orina, con sensación de ardor cuando pasa la orina y necesidad de orinar muy a menudo. A veces, estos síntomas son más marcados durante la noche; generalmente se alivian con una ingesta de líquidos abundante, y evitando el café, el alcohol y el té.

















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